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El papel de la ingeniería para ganar unos Juegos Olímpicos.


Han sido días olímpicos y, por supuesto, nos esperan un par de semanas en las que seguiremos escuchando hablar de los Juegos de París 2024. Los protagonistas de la mayoría de conversaciones son los deportes que se han sumado a esta edición, como el breakdance o el skateboard, y los que no han repetido y pierden el apellido de “olímpico”, como el kárate; aunque puede que también hayas escuchado comentarios sobre Yusuf Dikeç.


Este tirador turco se ha hecho muy viral en las redes por conseguir la plata sin usar ningún tipo de equipamiento adicional, al contrario de sus contrincantes, quienes parecían personajes sacados de una película de ciencia ficción.


Este caso tan llamativo nos ha llevado a caer de nuevo en la pregunta de si realmente es necesario todo ese equipamiento para ser buen tirador, o, generalizando, buen atleta. Como pocas veces encontramos reflexiones que se alejen de lo político y se centren en investigar cómo los deportistas consiguen ser medallistas olímpicos, hemos decidido indagar y poner un poco de luz sobre el tema.



 


Evolución del rendimiento


Creo que todos estamos de acuerdo en que para conseguir una medalla olímpica necesitas ser el mejor en tu disciplina, pero, ¿cómo se hace eso? A lo largo de los años hemos asociado el talento, el trabajo y el esfuerzo a nivel personal como las claves del éxito deportivo, aunque muchas veces no metemos en esa ecuación el equipamiento necesario para poder lograrlo.


La ingeniería y el diseño han transformado la manera en la que se practica deporte, permitiendo a los deportistas alcanzar niveles de rendimiento siempre ascendentes. Sin embargo, esta influencia no está exenta de dilemas éticos, y más en un escenario como los JJOO donde la igualdad de condiciones y la competencia justa son valores fundamentales.


Cada deporte es diferente y nosotros no nos atrevemos a juzgar si la plata de Yusuf vale como un oro por su destreza técnica, pero vamos a hablar de otros deportes más populares en España, de los que sí sabemos un poco más.


Si ponemos el foco en el tenis, podremos ver cómo han ido evolucionando las raquetas a lo largo de la historia. Es más, el diseño industrial ha contribuido a ir cambiando la dinámica de juego en este deporte debido al impacto en el rendimiento de los atletas (un ejemplo de ello es la velocidad en las bolas de saque, siendo las 10 más rápidas entre los años 2015 y 2004). 


Originalmente las raquetas de tenis estaban hechas de madera, lo cual limitaba bastante su flexibilidad y duración. Con el tiempo, se fueron introduciendo materiales como la fibra de carbono o el grafito, que al resultar en productos más ligeros y resistentes, ofrecen un mayor control y potencia. Esto permite a los tenistas ejecutar sus golpes con mayor fuerza y precisión.


A continuación dejamos algunas imágenes que muestran la evolución de las raquetas en los últimos siglos.


Foto con seis raquetas de tenis desde 1870 a 2020
Evolución de las raquetas de tenis. Fuente: Allen, T. (2019). 250s with captions [YouTube Video]
Gráfica de la composición de materiales de las raquetas a lo largo del tiempo.
Gráfica de la composición de las raquetas. Fuente: Allen, T. (2019). 250s with captions [YouTube Video]


Pero el tenis no es el único deporte donde este material compuesto ha tenido un gran impacto. La fibra de carbono también ha revolucionado deportes como el ciclismo, generando una gran transformación en el diseño y construcción de las bicicletas, lo cual no sólo permitió crear estructuras más ligeras, sino ganar en aerodinámica. Este material, junto con otros factores como la geometría del cuadro, los componentes y las ruedas, son cruciales para poder maximizar la eficiencia y el rendimiento del ciclista. Al final, se trata de reducir la resistencia al viento para permitir mantener velocidades más altas con menos esfuerzo.


Para ilustrar el impacto de estas innovaciones, presentamos el siguiente gráfico con la velocidad promedio de los ganadores del Tour de Francia a lo largo de los años:


Gráfico en el que se muestra la velocidad media de los ganadores del Tour de Francia desde 1903 hasta 2024.
Gráfica velocidad media Tour de Francia.


En la década de 1900, las bicicletas estaban construidas con cuadros de acero, por lo que los ciclistas recorrían distancias más cortas debido a la fatiga. En 1950 se introdujo el aluminio, y no fue hasta 1990 cuando llegó la fibra de carbono que permitió crear bicicletas de menos de 7kg, que junto con lo que hemos mencionado anteriormente, permite mantener velocidades por encima de los 40 km/h de media.



 


Más rápido, pero, ¿más justo?


Con esto ya nos ha quedado claro que el diseño industrial ha permitido grandes avances en el rendimiento deportivo, pero también ha planteado importantes cuestiones éticas. La innovación tecnológica ha mejorado las marcas y ha roto récords, pero, ¿hasta dónde es justo permitir que la tecnología influya en el resultado de una competición?

Por ejemplo, en deportes como el ciclismo o el atletismo, donde la velocidad y la aerodinámica juegan un papel crucial, la diferencia entre un atleta equipado con tecnología puntera y otro con equipo estándar puede ser sustancial. Este tipo de ventajas tecnológicas se puede convertir en el factor decisivo para una victoria, en lugar de la habilidad o el esfuerzo del atleta. ¿Podría haberse imaginado este escenario Pierre de Coubertin al fundar los juegos olímpicos modernos, bajo el lema “citius, altius, fortius” (“más rápido, más alto, más fuerte”) que promovía el deporte a nivel internacional?


Hubo un episodio en la natación durante los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing en el que los trajes de baño de poliuretano, como el Speedo LZR, llevaron a una serie de récords mundiales que parecían imposibles hasta ese momento. Estos trajes, diseñados para reducir la resistencia y mejorar la flotabilidad, proporcionaron a los nadadores una ventaja tan significativa que se rompieron 23 récords mundiales en la misma competición.


Foto de los atletas de natación a punto de competir en las Olimpiadas de 2008, todos con los nuevos bañadores.
Olympics: LZR Suit Heralds Generation of Super Swimmers, 2008

Aunque, como es de esperar, este fenómeno terminó generando un gran debate sobre la ética de permitir tales tecnologías en competiciones oficiales. Como resultado, la Federación Internacional de Natación (FINA) decidió prohibir estos trajes a partir de 2010, reafirmando la necesidad de preservar la integridad y equidad en las competiciones. Esta decisión llegó después de haber implementado nuevas normas como la prohibición en ponerse más de un traje a la vez o que estos no pudiesen cubrir el cuello, los brazos ni los tobillos. 


Según le dijo un campeón olímpico a la BBC: "La integridad del deporte es el hombre en el agua. El traje de baño debe de ser neutral y no una ayuda para nadar".


Viéndolo desde la distancia, no sabemos si el factor de que cada bañador superase los 500$ suponía una desigualdad entre los competidores. Lo que sí que sabemos es que este tipo de material suele ser costoso, al igual que las "turboraquetas" o las "bicicletas ligerísimas", pero el cambio en esos deportes fue de manera mucho más gradual, en vez de ser en apenas un par de años.



Podríamos seguir mencionando otros deportes y poniendo más ejemplos, como el atletismo y las zapatillas que integran placas de carbono en la suela. Pero nosotros nos preguntamos si acaso existe un límite en estas innovaciones, o qué deporte será el siguiente en convertirse en elitista. Si el nivel de dependencia tecnológica al que estamos llegando en el deporte, está relacionado al nivel de exigencia que se le reclama a los atletas. O si el deporte de alto rendimiento se terminará convirtiendo en algo mucho más exclusivo porque ya no solo valdrá con tener talento, sino también con poder costearse el material necesario para poder competir en los más altos niveles.



 

El futuro del deporte


Definitivamente, nos quedaremos con la parte positiva. La capacidad de los atletas para alcanzar nuevos niveles de rendimiento, rebasando límites que antes parecían insuperables y que nos hagan estar pendientes de sus trayectorias año tras año. Estos avances también han hecho que el deporte sea más accesible para un mayor número de personas, al ofrecer equipos más seguros, eficientes e inclusivos (porque podríamos hablar de toda la ingeniería detrás de unos Juegos Paralímpicos, pero necesitaríamos, como mínimo, otro artículo).


Mirando hacia el futuro, podemos participar implementando materiales más ligeros, más resistentes y más inteligentes que podrían cambiar nuevamente las reglas del juego. Por ejemplo, con la integración de sensores e inteligencia artificial que podrían proporcionar a los atletas información en tiempo real sobre su rendimiento, ayudándoles a mejorar y optimizar cada parte de su entrenamiento.



 


Si te has quedado con hambre de más, te dejamos este artículo en el que se expone el funcionamiento del sistema judicial durante el periodo olímpico; o esta noticia de la Real Federación Española de Natación transmitiendo la emoción de nuestros deportistas con el exitoso bañador, en aquella época.



¿Y tú? ¿Tienes algún proyecto en mente relacionado con equipamiento deportivo?







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