La preocupación por la búsqueda de nuevos materiales innovadores y sostenibles es cada vez más inminente. Uno de los focos de desarrollo está puesto en los hongos, concretamente en el micelio. Sin embargo, hay que poner todos nuestros esfuerzos, ya que nos encontramos en una carrera contrarreloj para llegar a alcanzar los objetivos propuestos en “La agenda 2030 para el desarrollo sostenible”, por parte de las Naciones Unidas.
Aunque la complejidad de estos objetivos es notable, es responsabilidad de todos poder cumplir con los mismos. A nosotros, los diseñadores, no nos gusta quedarnos de brazos cruzados. Al contrario, nos mantenemos latentes ante las preocupaciones que acontecen en el nuevo paradigma e investigamos, ideamos y desarrollamos soluciones a los problemas emergentes.
En el afán de progresar hacia una transición basada en la economía circular, hipocarbónica y congruente con el uso eficiente de los recursos, el micelio es, sin duda, uno de los biomateriales más interesantes y versátiles, gracias a sus excelentes propiedades industriales. Estas propiedades definen al micelio como un material “multidisciplinar” gracias al que se puede generar un amplio abanico de tipologías de productos.
¿Qué es el micelio?
Sin embargo, ¿qué es el micelio? Puede que hayas escuchado hablar anteriormente sobre el micelio, o no te suene de nada. En cualquier caso, el micelio constituye la parte vegetativa de los hongos. Estos se dividen en dos partes: la vegetativa, no visible y encargada de la alimentación, y la visible, denominada seta y encargada de la reproducción.
Por su parte, el micelio, consiste en una red de filamentos, denominados hifas, que se extienden subterráneamente y de forma unidireccional, hasta conformar un entramado qué para el ojo humano tiene aspecto de “algodón”.
¿Cómo se alimenta el micelio? Proceso de crecimiento del micelio.
El micelio es un ser vivo que necesita alimentarse, y lo hace a partir de materia orgánica generada por otros seres vivos, ya sean granos de cereal como la cebada, el centeno o el arroz, u otros restos orgánicos, como el serrín y las partículas de madera. Este alimento es conocido como sustrato. En este punto, es interesante destacar su función. Una vez el hongo entra en contacto con el alimento, se reproduce y extiende a lo largo del mismo, generando nuevas hifas y, por lo tanto, nuevas redes hasta colonizar por completo el sustrato. Esta red tiene una gran capacidad de unión y desde un punto de vista industrial, podría interpretarse como un aglutinante.
De esta forma, se puede entender el micelio como un material compuesto. Por una parte, se identifica la matriz como el propio micelio, y por otra parte, se encuentran los refuerzos, de diversa índole, pero que consisten en el propio sustrato del hongo, comúnmente, serrín y partículas de madera. En este punto tiene lugar la parte más interesante. Si se alimenta el micelio de forma adecuada y se le hace crecer en un determinado volumen y bajo determinadas condiciones, se puede conseguir la antesala de un biomaterial adecuado para el diseño de producto.
El paso final consiste en secarlo a una determinada temperatura y tiempo, ya qué, es fundamental acabar con el hongo para conseguir un producto inerte y funcional. De la otra forma, el material seguiría vivo y carecería de las propiedades industriales necesarias para su empleo.
Propiedades del micelio
Finalmente, se obtiene un material ligero e inerte, con excelentes propiedades mecánicas y estructurales, así como alta resistencia al impacto y gran estabilidad dimensional frente a esfuerzos de tensión. Presenta propiedades de retardo de llama y aislamiento acústico, así como resistencia a la radiación UV. Por otra parte, se trata de un producto totalmente orgánico y por lo tanto, biodegradable.
Aplicaciones del micelio en el diseño de producto
Junto a las propiedades anteriormente mencionadas, se debe tener en cuenta, además, que el material presenta una gran trabajabilidad, lo que le permite ser manipulado con diferentes y variadas técnicas, de modo que el espectro de productos y aplicaciones que se pueden conseguir son inimaginables.
Aparentemente, no es fácil concebir la cavidad que pueda tener este en el mundo industrial, sin embargo, ya son varios los diseñadores y arquitectos que han investigado y trabajado con el biomaterial y han desarrollado, con éxito,
proyectos novedosos.
Diseño de packaging con micelio
Debido a sus propiedades de ligereza, resistencia al impacto y estabilidad dimensional, el material se convierte en un excelente candidato para el desarrollo de packaging.
Diseño de mobiliario e interiorismo con micelio
Por otra parte, con sus propiedades de retardo de llama y aislamiento acústico, sumada a sus propiedades estructurales, se ha empleado en proyectos de interiorismo, como paneles de insonorización, paredes y suelos, incluso, en el diseño de mobiliario para la confección de asientos y luminaria.
Mobiliario
Interiorismo
Proyectos de arquitectura con micelio
Junto las propiedades anteriores mencionadas, teniendo en cuenta que posee una gran resistencia a la radiación UV, el micelio se convierte en un gran candidato para proyectos de arquitectura y ya han sido varios los proyectos que se han realizado en este ámbito.
Innovación en el material textil. El "cuero vegano"
Sin embargo, las aplicaciones van más allá. Si se habla sobre moda, este material tiene mucho que aportar, y se ha convertido en una excelente opción alternativa al cuero, conocida como “cuero vegano” e implementado en el diseño de moda, concretamente en la fabricación de piezas de ropa, calzado e, incluso, mochilas, sin embargo, su implementación es escalable a cualquier producto que sea desarrollable a partir de este innovador "biotextil".
Conclusiones
Si hay una cosa clara, es el gran potencial que ofrece este novedoso material, así como el gran abanico de posibilidades que abre, en general, el mundo de los biomateriales y los bioplásticos.
La agenda 2030 para el desarrollo sostenible
Por su parte, el micelio constituye un pequeño avance hacía una vía mucho más sostenible como la deseada en “La agenda 2030 para el desarrollo sostenible”. Esto consiste en un plan de acción basado en fijar un conjunto de objetivos para el desarrollo sostenible a nivel mundial. Entre alguno de ellos se encuentran los siguientes:
Transición hacia una economía hipocarbónica, circular y uso eficiente de los recursos.
Transición hacia una sociedad y economía inclusivas, basada en el trabajo decente y abogando por los derechos humanos.
Transición hacia una producción y consumo sostenible de los alimentos.
Mayor inversión en la innovación, modernización de las infraestructuras y fomento de las empresas sostenibles.
Establecimiento de un comercio que impulse el desarrollo sostenible mundial.
Por otra parte, a pesar de la variedad de proyectos que se han llevado a cabo, la investigación y desarrollo con micelio se mantiene en sus fases iniciales y aún queda un largo camino por recorrer. La presente y futura investigación, junto al papel que ejercemos los diseñadores, será esencial para determinar al máximo sus capacidades, así como su escalabilidad e implementación en la industria cotidiana. Una industria, seguramente, más sostenible, eficiente, circular y respetuosa con el medioambiente.
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